En diciembre de 2021, el Gobierno de España anunció la convocatoria del llamado ‘Kit Digital’, como parte de un plan de digitalización dotado con un presupuesto de 3.067 millones de euros hasta 2023 y enfocado a que PYMEs y autónomos pudieran solicitar ayudas públicas para ‘digitalizarse’; esto es, mejorar su presencia web y en redes sociales, su software y sus herramientas de ciberseguridad.

Sólo el 2,4% de las PYMEs y el 2,1% de los autónomos, según KPMG, presentaron solicitudes (un total de 68.000 hasta comienzos de agosto, de las que se concedieron 21.000), por lo que, finalizada esa convocatoria, se anunció una ampliación del plazo, de 6 meses, a partir del pasado 15 de septiembre.

Sin embargo, todo apunta a que un mal planteamiento de este ambicioso plan corre el riesgo de traducirse en cualquier cosa, menos en lo que suele entenderse por ‘digitalización‘. Y es que, dado que el deseo del Gobierno es que casi cualquier empresa pueda acceder a estas ayudas, los requisitos de las mismas son tristemente endebles.

“5 puntos por escribir bien tu nombre, Jaimito”

En primer lugar, gran parte del proceso de solicitud del Bono Digital lo determina un test de autodiagnóstico digital que evalúa la “madurez digital” de la compañía, compuesto de 13 preguntas que se contestan en 10 minutos. Esa ‘madurez’ se mide con base a preguntas como “¿Cuál es la velocidad de descarga máxima contratada de tu conexión a Internet?”, o “¿Dispone tu organización de un perfil en alguna red social?”. El programa cuenta con tests más especializados, es cierto, pero son opcionales.

iNtermediarios, iNcentivos y iPhones

Existe otro problema con el Kit Digital: la figura del ‘agente digitalizador’. Y es que estas ayudas no se reciben directamente de la Admón. Pública, si no que funcionan como una especie de ‘vale descuento’ para contratar determinados servicios y adquirir determinados productos. La empresa proveedora de los mismos, que ha de ser una de las 9.300 registradas en el programa, será tu ‘agente digitalizador’: así, recaerá en ella la obligación de realizar los trámites de justificación, y será quien reciba el pago final del bono.

Pero eso significa que hay empresas tramitando ayudas por valor de 2.000 € – 6.000 € y que, a cambio, realizan servicios con un valor inferior o que sencillamente carecen de relación con los objetivos declarados del Plan de Digitalización. Esto último es posible, claro, porque hay PYMEs y autónomos sin interés real por la digitalización, que sencillamente se apuntan en busca de ‘dinero fácil’.

Así, se juntan ‘el hambre y las ganas de comer’ y nos encontramos con agentes digitalizadores cuyos servicios se resumen, en “apúntate con nosotros y te regalamos un iPhone”. No es broma; el siguiente texto corresponde a la lista de preguntas y respuestas de la web de Abancode, uno de esos agentes digitalizadores:

Así es como se van a gastar los fondos del Kit Digital: en iPhones para financiar la captación de pymes que no tienen interés en su digitalización, pero sí quieren un iPhone gratis.
Esto es tan despreciable que no encuentro adjetivo para calificarlo. pic.twitter.com/N9A27Gz0nE

— Mau Santambrosio (@MauSant) September 27, 2022

Ahora bien, sería cómodo quedarnos con el discurso de “qué estafa que te vendan un iPhone como ‘digitalización'” y con el de “os cuelan cualquier cosa como ‘digitalización’, si quieres un iPhone cómpratelo, que el Bono Digital es para cosas más importantes”. Pero los humanos sencillamente responden a incentivos, y el incentivo, en este caso, se traduce en que las bases del Kit Digital admitan la adquisición de hardware como una de las motivaciones de la obtención de la ayuda.

Vía | Xataka

Imagen | Basada en original creado por Stable Diffusion