Aunque no está atrayendo tanta atención como la computación cuántica, la computación neuromórfica también es una disciplina con un potencial enorme como complemento de la computación clásica con la que
Intel publicó hace unos días un documento (PDF, 184 págs) en los que repasaba con detalle los cambios introducidos en las últimas generaciones de su línea de procesadores Core (11ª