Nos han dicho infinidad de veces que emplear contraseñas robustas es esencial para salvaguardar nuestras cuentas. Sin embargo, aunque sean largas y complejas, no ofrecen una protección absoluta. Existen métodos para sustraerlas sin necesidad de adivinarlas. En este artículo, te explicaré cuáles son y cómo puedes protegerte eficazmente.
Parece razonable considerar que una contraseña que incluya mayúsculas, símbolos, números y más de 12 caracteres es suficiente para estar protegido. Y sí, ayuda, pero no es suficiente. Hay ataques que superan la fuerza bruta y que pueden obtener incluso la contraseña más compleja. Te contaré cuáles son y cómo puedes adelantarte a ellos.
Phishing: cuando tú mismo entregas tu contraseña
Uno de los ataques más comunes y eficaces es el phishing. Recibes un correo electrónico fraudulento que parece provenir de tu banco, de tu empresa o de una red social. Haces clic en un enlace, accedes a una página idéntica a la real y, sin darte cuenta, introduces tu contraseña. No importa cuán segura sea tu contraseña si se la entregas directamente al atacante.
Para evitar caer en estas trampas, desconfía de correos que soliciten «verificar tu cuenta» o que generen una sensación de urgencia, y nunca hagas clic en enlaces a menos que estés completamente seguro. Es mejor escribir la dirección web manualmente.
Keyloggers: espías silenciosos en tu dispositivo
Un keylogger es un software que se instala sin tu conocimiento y registra todo lo que escribes en el teclado, incluidas tus contraseñas. No importa cuán seguras sean, si las tecleas, quedan registradas.
Para prevenir esto, mantén siempre actualizado tu sistema operativo y tu antivirus, y evita instalar programas de fuentes dudosas. Además, si es posible, activa la autenticación en dos pasos. Así, aunque roben tu contraseña, necesitarán un paso adicional para acceder.
El gran error de reutilizar contraseñas
Este ataque se basa en un error humano común: usar la misma contraseña en múltiples sitios. Si una web sufre una filtración, los atacantes intentan esa contraseña en otras plataformas. Si coincide, acceden sin esfuerzo.
¿La solución? No repitas contraseñas. Utiliza un buen gestor como Bitwarden o Proton Pass para tener claves únicas en cada sitio sin complicarte la vida.
Ingeniería social: cuando te engañan a ti, no a la tecnología
Un atacante puede hacerse pasar por un representante de soporte técnico o por alguien que conoces. Con la excusa adecuada, te pedirá información privada o incluso tu contraseña.
La clave aquí es mantener la desconfianza y nunca compartir contraseñas con nadie, ya sea por teléfono, mensaje o correo electrónico. Ningún servicio serio te las pedirá.
Malware especializado en robar contraseñas
Existen virus y troyanos diseñados específicamente para buscar y copiar las contraseñas que almacenas en el navegador o que introduces en aplicaciones. A veces, ni te das cuenta de que están presentes, porque no muestran comportamientos evidentes.
Por eso es crucial usar antivirus, mantener el software actualizado y no descargar nada sospechoso, incluso si parece inofensivo. Y si puedes, evita guardar contraseñas en el navegador: utiliza un gestor especializado.
Ataques por observación: la antigua técnica de mirar por encima del hombro
Sí, aunque parezca sacado de una película, hay personas que te observan físicamente mientras introduces tu contraseña. También existen cámaras ocultas que pueden grabarte tecleándola, especialmente en lugares públicos como cajeros automáticos. Si necesitas introducir tu contraseña en un lugar público, cúbrete mientras escribes y presta atención a quién te rodea. A veces, lo más sencillo es lo más efectivo.
Robos a través de cámaras o grabaciones de pantalla
Cada vez más aplicaciones y malware pueden acceder a la pantalla de tu dispositivo o incluso a la cámara frontal. Si utilizas un sistema de reconocimiento facial o muestras una contraseña en pantalla, podrían captarla fácilmente. Evita mostrar contraseñas visibles y desactiva permisos innecesarios para aplicaciones que no deberían tener acceso a la cámara o grabar la pantalla.
Tener una contraseña segura sigue siendo esencial, pero no es suficiente por sí sola. Hoy en día, existen muchas maneras de robarla sin necesidad de adivinarla. Combina contraseñas fuertes con autenticación en dos pasos, gestores seguros, actualizaciones constantes y mucho sentido común. Solo así podrás estar realmente protegido.