¿Te imaginas encender tu ordenador y descubrir que todos tus archivos han desaparecido? ¿O que un apagón borra semanas de trabajo en tu empresa? Esto sucede con más frecuencia de lo que piensas en el mundo digital. Por eso, hoy hablaremos sobre el Disaster Recovery y cómo implementarlo de manera sencilla para evitar sorpresas, tanto en el entorno laboral como en tu hogar digital.
Cuando oímos el término «recuperación ante desastres», parece que solo aplica a grandes corporaciones o centros de datos. Sin embargo, cualquier persona que utilice un ordenador, ya sea en casa o en la oficina, debería tener esto en mente. Perder datos no solo es frustrante, también puede resultar muy costoso. A continuación, te explicamos todos los aspectos relevantes.
¿Qué es el Disaster Recovery?
En esencia, se trata de un plan diseñado para recuperar tu información y reanudar operaciones tras un evento grave: una caída de servidores, un incendio, un ciberataque o incluso un error humano. Puedes imaginarlo como el extintor de tu negocio digital. No esperas necesitarlo, pero si llega el momento y no está disponible… las consecuencias pueden ser graves.
El corazón de un plan de recuperación ante desastres son las copias de seguridad, ya que son lo único que puede salvarnos de una tragedia cuando todo lo demás falla. Tener una política sólida de backups es esencial. Actualmente, existen diferentes «esquemas» de copias de seguridad, como el 3-2-1. Esto implica realizar tres copias de seguridad, ubicadas en dos lugares diferentes, asegurándose de que al menos una no esté conectada a la red, para protegerla de infecciones por ransomware que puedan afectar a las copias en línea.
Funcionamiento y componentes de un buen plan de recuperación
Aunque suene técnico, la idea es bastante sencilla: realizar copias de seguridad y tener un «plan B» listo en caso de que todo falle. Para ilustrarlo, imagina que posees una tienda en línea y un día un ataque elimina toda tu base de datos. Si no tienes copias almacenadas en otro lugar, perderás todo. Sin embargo, si cuentas con una copia reciente en un servidor externo o en la nube, podrás restaurarla rápidamente y continuar vendiendo.
Un plan efectivo de Disaster Recovery debe incluir:
- Copias de seguridad automáticas (no es suficiente hacerlas “cuando se acuerda”). Estas copias pueden ser únicas, pero lo más común es que sean incrementales, de modo que solo respalden los nuevos datos, ahorrando tiempo y espacio de almacenamiento.
- Un lugar seguro para almacenar esos datos: puede ser en la nube o en otro ordenador que no esté conectado a la red principal. Lo ideal es tener varias ubicaciones de almacenamiento para evitar problemas si una copia resulta inaccesible o está dañada.
- Un sistema para restaurar rápidamente lo necesario: la web, los correos, los archivos, los accesos…
- Pruebas periódicas para asegurar que todo funciona: porque de nada sirve tener copias si luego no puedes acceder a ellas ni restaurar la información. Es crucial verificar que puedes recuperar todo sin inconvenientes.
Como puedes ver, es fundamental seguir estos pasos para garantizar que nuestras copias de seguridad se realicen con éxito.
¿Es caro? ¿Es complicado? No, si se hace bien desde el inicio
Muchos no consideran esto hasta que es demasiado tarde. En ese momento, todo se vuelve costoso, lento y complicado. Sin embargo, prevenir no tiene por qué ser caro. Hoy en día, hay soluciones asequibles incluso para particulares, desde servicios que hacen copias automáticas en la nube hasta opciones avanzadas para empresas con recuperación casi instantánea.
No es necesario ser un experto. Algunos sistemas son tan sencillos como instalar una aplicación y dejar que funcione en segundo plano. Sin embargo, si tienes un negocio o gestionas datos críticos, te aconsejo que te lo tomes más en serio: contar con servidores de respaldo, definir qué datos recuperar primero y conocer cuántas horas puedes permitirte estar “fuera de servicio” sin perder clientes o ingresos.
Más vale prevenir que lamentar
No es necesario esperar a una catástrofe para actuar. Lo mejor del Disaster Recovery es que, si lo tienes bien implementado, es probable que nunca te des cuenta de que ocurrió algo grave. Todo se recuperará antes de que se convierta en un problema serio.
Por lo tanto, ya seas un usuario común o administres una pequeña empresa, tener un plan de recuperación es como tener un seguro: cuando lo necesitas, te salva el día.