Todos conocemos los riesgos que existen en Internet, pero no siempre es evidente qué acciones debemos evitar. Un hacker profesional ha compartido lo que nunca haría. Es curioso, porque muchos de estos errores los cometemos a diario sin considerar las posibles consecuencias. Utilizo Internet para casi todo, desde revisar mi banco hasta pedir comida. Esto significa que gran parte de mi vida está expuesta en línea. Por esta razón, me resultó interesante escuchar a alguien que, en lugar de protegernos, se dedica a encontrar formas de vulnerar esa seguridad.
Un hacker ético es quien colabora con empresas y Gobiernos para identificar fallos antes de que los delincuentes lo hagan. Ahora podemos conocer las acciones que nunca deberíamos llevar a cabo si queremos proteger nuestros datos. A continuación, compartimos sus consejos.
Esto es lo que te pone en riesgo
Cuando pensamos en seguridad en línea, a menudo nos vienen a la mente los antivirus o la necesidad de no hacer clic en enlaces sospechosos. Sin embargo, la mayoría de las brechas de seguridad no se inician con un virus, sino con errores humanos. Estos son los errores más comunes, según el hacker.
- Reutilizar contraseñas: parece algo básico, pero sigue siendo el error más frecuente. Usas la misma contraseña para tu correo, Amazon y tus redes sociales. Si una de ellas se ve comprometida (y esto ocurre a diario), las demás caerán en cadena. ¿La solución? Un gestor de contraseñas. Si prefieres no usar uno, al menos asegúrate de que cada contraseña sea única.
- Conceder permisos excesivos sin reflexionar: tanto en el móvil como en el navegador, a menudo aceptamos permisos sin leer lo que implica: «Esta aplicación desea acceder a tus contactos, cámara, micrófono, ubicación…» ¿Realmente necesita todo eso para funcionar como linterna? Revisa los permisos otorgados. Hay aplicaciones que recolectan más datos de lo que crees.
- Conectar a WiFi públicas sin protección: un clásico. Estás en un aeropuerto o una cafetería, ves una red abierta y decides conectarte. Sin embargo, detrás de esa red podría haber alguien espiando tus actividades. Si necesitas usar WiFi públicas, hazlo siempre a través de una VPN. Así, aunque te intercepten, no podrán acceder a tus datos.
- No cerrar sesión en dispositivos compartidos: esto parece obvio, pero muchas personas olvidan cerrar sesión en ordenadores ajenos. No es suficiente con cerrar la pestaña: debes cerrar sesión. Esto es especialmente crucial en servicios como el correo electrónico o plataformas de pago.
Lo que comentó sobre la inteligencia artificial y los chats «privados» me sorprendió
Según este hacker, cuando interactúas con una IA, estás compartiendo información que puede ser analizada, almacenada y utilizada. No necesariamente para atacarte, pero sí para alimentar modelos, probar comportamientos o incluso para entrenar nuevas funciones. Es decir, todo lo que escribes puede ser leído, auditado o rastreado. Esto incluye nombres, direcciones, contraseñas y datos sensibles.
Aunque algunas empresas aseguran anonimizar la información, no siempre es claro cómo lo hacen ni cuánto tiempo retienen los datos. Por lo tanto, es mejor no escribir nada en un chatbot que no compartirías en una red social pública. Esa fue su recomendación, clara y directa. También mencionó algo clave: si una empresa ofrece un servicio gratuito y no queda claro cómo genera ingresos, es probable que tú seas el producto.
Después de escuchar estas recomendaciones, comprendí que protegerse en Internet no solo implica tener el mejor antivirus o crear contraseñas complejas. Se trata de aplicar sentido común y no confiar ciegamente. Siempre piensa antes de hacer clic, de otorgar permisos o de compartir información. Muchas veces, el mayor riesgo de seguridad no radica en la tecnología, sino en nuestra forma de usarla. Y eso, por suerte, depende de nosotros.





