Si resides en un piso nuevo, es probable que escuches ruidos provenientes de la vivienda contigua, como el sonido de la televisión o conversaciones, algo menos común en casas antiguas. Este aspecto también impacta en las redes inalámbricas, ya que el ruido se transforma en ondas.
El Wi-Fi es sensible a los grandes obstáculos
Las construcciones más antiguas suelen tener muros más gruesos, hechos de ladrillo macizo, piedra o concreto reforzado. Esto ofrece ventajas, como un mejor aislamiento térmico y mayor estabilidad estructural, pero también desventajas, como un espacio menos eficiente y, lo que nos interesa, una red inalámbrica menos efectiva. Hace tres décadas, ningún arquitecto diseñaba pensando en el Wi-Fi.
Además, en muchas viviendas antiguas hay canalizaciones metálicas que atraviesan las paredes, a diferencia de las construcciones modernas donde todo está organizado de manera subterránea. Estos materiales, así como el agua, pueden interferir con la señal de la red inalámbrica.
Hoy en día, se busca construir casas lo más livianas posible, utilizando materiales prefabricados y de fácil ensamblaje. Un ejemplo de ello es el cartón yeso, comúnmente conocido como pladur, muy utilizado en paredes interiores y techos. Antes, lo habitual era el uso de hormigón reforzado con acero, mallas metálicas y vigas gruesas.
La atenuación de la señal se mide en decibelios (dB) y varía significativamente según el material. Por ejemplo, el hormigón armado puede tener una pérdida notable de entre 20 y 30 dB, mientras que una pared de cartón yeso apenas pierde entre 3 y 5 dB y un cristal, incluso menos, entre 2 y 4 dB.
Todo esto afecta considerablemente al Wi-Fi, haciendo que la señal se debilite al atravesar diferentes partes de la casa. No es lo mismo cruzar un par de paredes de cartón yeso que varios muros de hormigón. Si realizas un test de velocidad, podrías notar que la conexión no es suficiente.
Consejos para solucionar este inconveniente
Si enfrentas este problema, ya sea en una vivienda antigua, en un alquiler donde el Wi-Fi no funcione correctamente o en una segunda residencia, hay ajustes que puedes realizar para intentar mejorar la red inalámbrica.
Prioriza la frecuencia de 2,4 GHz
Una opción sencilla es utilizar siempre la frecuencia de 2,4 GHz. Casi todos los routers actuales (desde 2014, con la llegada del estándar Wi-Fi 4) y los dispositivos que usas a diario pueden conectarse a 2,4 o 5 GHz. Esto se denomina doble banda. Los dispositivos más modernos incluso ofrecen una tercera frecuencia de 6 GHz.
Las frecuencias de 5 GHz (y 6 GHz) brindan mayor velocidad, pero son más vulnerables a la distancia y a los obstáculos. En cambio, los 2,4 GHz son ideales para conectar dispositivos a mayor distancia o en situaciones donde la señal deba atravesar muros gruesos. En el caso de una construcción antigua, esta última frecuencia será más efectiva.
Cambia la ubicación de tu router
Considera cambiar la ubicación del router. Es crucial que la señal alcance eficientemente las áreas donde te conectas con más frecuencia. Si el dispositivo está muy alejado, lo mejor sería acercarlo a las zonas de uso.
La ubicación óptima suele ser el centro de la casa, lo que permite que la señal se distribuya mejor. Sin embargo, es importante alejarlo de paredes gruesas y colocarlo más cerca de la habitación donde pasas más tiempo conectado, como una oficina.
Implementa un sistema Mesh o PLC
Otra alternativa es mejorar la cobertura usando otros dispositivos. Los sistemas Mesh son una solución efectiva. Consisten en varios satélites distribuidos en diferentes áreas de tu hogar, que se conectan entre sí, permitiendo llevar la señal más lejos sin depender exclusivamente del router.
Los PLC también son útiles para extender la conexión en áreas específicas, incluso con muros gruesos. Funcionan a través del cableado eléctrico: uno se conecta al router y a un enchufe, mientras que el segundo se coloca en otra área de la casa. Recuerda que para un buen funcionamiento, el cableado debe estar en buen estado, lo que puede ser un problema en casas antiguas.
Cablea la vivienda
Siempre que sea posible, lo mejor para obtener una excelente conexión en casa es tenerla cableada. Puedes utilizar cable Ethernet que se distribuya por diferentes habitaciones, permitiendo conectar tus dispositivos directamente o crear puntos de acceso para ofrecer una conexión más estable.
También puedes considerar la fibra óptica plástica, que es más flexible y fácil de instalar.
Mejorar el Wi-Fi en una vivienda antigua
Solución | Coste Estimado | Facilidad Instalación | Eficacia vs Muros | Mejor para… |
---|---|---|---|---|
Priorizar 2.4 GHz | Gratis | Muy Alta | Media | Una solución rápida y sin coste para mejorar el alcance inmediatamente. |
Reubicar Router | Gratis | Alta | Variable | Optimizar la cobertura sin gastar dinero, si la toma de fibra lo permite. |
Dispositivos PLC | 40€ – 150€ | Muy Alta (Plug & Play) | Excelente (Evita los muros) | Viviendas con una instalación eléctrica decente y en el mismo circuito. Ideal para llevar la conexión a un punto concreto y lejano. |
Sistema Wi-Fi Mesh | 100€ – 400€ | Media | Buena (con nodos bien ubicados) | Viviendas grandes o con varias plantas donde se necesita cobertura total y sin cortes al moverse. |
Cableado (Ethernet/FOP) | 50€ – 300€+ | Baja (Requiere obra/instalación) | Excelente (Inmune a los muros) | Usuarios que exigen máxima velocidad y estabilidad para puestos de trabajo, consolas o Smart TV. |
En resumen, en casas más antiguas podrías experimentar dificultades para que el Wi-Fi funcione adecuadamente. Generalmente, las paredes son más gruesas, lo que no favorece a las redes inalámbricas. Para solucionar esto, puedes optar por usar la frecuencia de 2,4 GHz (una opción rápida y sencilla), cambiar la ubicación del router, implementar sistemas Mesh o PLC, o bien, cablear la vivienda. Antes de realizar inversiones, prueba los primeros consejos, como cambiar la frecuencia a 2,4 GHz y mover el router.
Preguntas frecuentes
¿Por qué algunos dispositivos tienen buena conexión Wi-Fi y otros no?
Algunos dispositivos cuentan con receptores Wi-Fi más eficientes, mientras que otros tienen limitaciones. Por ejemplo, un ordenador o un smartphone normalmente tienen mejores tarjetas de red que los dispositivos de domótica.
¿Las interferencias pueden afectar mi conexión Wi-Fi?
Sí, dispositivos que generan interferencias, como los que utilizan Bluetooth, microondas o teléfonos inalámbricos, pueden afectar el rendimiento de tu Wi-Fi. Intenta mantener estos aparatos alejados.
¿Mejoraré mi conexión si cambio de router?
En general, el router no suele ser la causa de una mala conexión. Es cierto que un dispositivo más potente puede ayudar a incrementar la cobertura o la velocidad máxima, pero lo habitual es que el problema sea una mala configuración, ubicación inadecuada del equipo o un fallo con tus dispositivos.