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La soledad, la excesiva confianza y la brecha tecnológica: Claves por las que aumentan las estafas a personas mayores

Soledad, confianza excesiva y brecha tecnológica: Factores que incrementan las estafas a personas mayores

   MADRID, 8 Nov. (CIBERPRO) –

   En la era digital actual, las personas mayores se han convertido en uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes, quienes se aprovechan de su confianza, el aislamiento y la brecha en el uso de la tecnología para llevar a cabo estafas cada vez más sofisticadas, que generan pérdidas económicas y un impacto emocional significativo.

   Los ancianos están tan expuestos, si no más, que otros grupos en el ámbito digital, ya que son considerados un blanco atractivo por los delincuentes. Las estafas dirigidas a esta población han aumentado notablemente en los últimos años.

   Así lo advierte la empresa de ciberseguridad ESET, que señala que detrás de cada delito cibernético contra un mayor hay criminales que están «perfeccionando sus estrategias para explotar las vulnerabilidades humanas y emocionales de los mayores», utilizando manipulaciones psicológicas, ingeniería social y tecnologías avanzadas.

   El director de Investigación y Concienciación de ESET España, Josep Albors, ha señalado que las personas mayores son un blanco atractivo porque suelen tener ahorros, confían en las figuras de autoridad y a menudo viven en «entornos con menos apoyo digital».

   Además, factores como el aislamiento social y «la fatiga tecnológica» contribuyen a esta vulnerabilidad, ya que los delincuentes utilizan herramientas cada vez más sofisticadas, incluyendo la clonación de voz mediante inteligencia artificial (IA) y credenciales filtradas en la ‘dark web’.

5 ESTAFAS A LAS QUE PRESTAR ATENCIÓN

   Dado que los estafadores buscan obtener beneficios «con el mínimo esfuerzo posible», ESET ha identificado cinco tipos de fraudes que representan un grave riesgo para los mayores, tanto a nivel económico como emocional.

   Uno de los métodos que utilizan es el ‘phishing’ institucional, donde los delincuentes simulan correos o llamadas haciéndose pasar por entidades relevantes como la Agencia Tributaria o bancos, solicitando datos personales o pagos urgentes.

   De manera similar, llevan a cabo campañas de ‘phishing’ que imitan un falso soporte técnico de dispositivos. En estos casos, los estafadores alertan falsamente sobre un virus en el ordenador y solicitan acceso remoto para «solucionarlo», cuando en realidad están accediendo a datos personales del usuario.

   Otro tipo de estafa que explota la soledad de los mayores son los engaños románticos. Los delincuentes establecen relaciones afectivas ficticias a través de plataformas digitales o redes sociales, aprovechándose de la confianza para solicitar dinero ante supuestas emergencias.

   Asimismo, están las estafas de «el familiar en apuros», en las que los delincuentes llaman haciéndose pasar por familiares que requieren transferencias urgentes de dinero, como ha indicado ESET. También persuaden a los mayores para que realicen inversiones fraudulentas.

   Estas inversiones, que resultan ser un fraude, frecuentemente vienen acompañadas de promesas de rentabilidad rápida o de falsos respaldos de figuras públicas, generadas mediante tecnologías ‘deepfake’ o clonación de voz.

LA RELEVANCIA DE HABLAR SOBRE ESTAS ESTAFAS CON LOS MAYORES

   Estas estafas comparten ciertos rasgos, como apelar al sentido de urgencia y a la autoridad para forzar decisiones rápidas, evitando que las víctimas cuestionen las demandas de los delincuentes.

   Por lo tanto, como ha señalado ESET, un momento de «distracción, estrés o falta de sueño» por parte de las víctimas puede incrementar su vulnerabilidad, lo que hace esencial tener en cuenta que la prevención «depende de factores tanto conductuales como tecnológicos».

   En este contexto, la comunicación se erige como una de las primeras líneas de defensa contra estas estafas. Según el experto en ciberseguridad, es importante mantener una conversación «abierta, empática y sin prejuicios» con los mayores, para abordar sus inquietudes tecnológicas y resolver dudas.

   Por ejemplo, es útil compartir ejemplos reales de estas estafas para ayudarles a reconocer fraudes similares en el futuro. También se sugiere establecer normas familiares como «pausar y verificar» antes de realizar cualquier transferencia de dinero.

   Los expertos en ciberseguridad recomiendan designar un contacto de confianza al que los mayores puedan acudir si tienen dudas o solicitudes sospechosas.

   Además, algunas instituciones, como los bancos, ofrecen protecciones específicas para sus clientes mayores, que incluyen llamadas de verificación para ciertas transferencias, límites para añadir nuevos beneficiarios o bloqueos temporales para transferencias de grandes cantidades de dinero.

HÁBITOS DE CIBERHIGIENE

   Además de mantener una comunicación constante sobre fraudes ‘online’, ESET destaca la importancia de cuidar los hábitos de «ciberhigiene» básica para reducir el riesgo de estafas y ‘phishing’.

   Estos hábitos incluyen el uso de gestores de contraseñas y la activación de la autenticación en dos pasos (2FA), bloquear ventanas emergentes y llamadas automáticas, mantener dispositivos y aplicaciones actualizados, y evitar descargar archivos o hacer clic en enlaces no solicitados.

«LAS PERSONAS MAYORES NO SON INGENUAS»

   Es importante señalar que «las personas mayores no son ingenuas«, como ha señalado Albors, sino que «fueron educadas en una época en la que la confianza era la norma«. Por lo tanto, el desafío para las familias es acompañar a esta población para que «esa confianza no sea explotada».

   «La combinación de empatía, educación digital y herramientas de seguridad es la mejor manera de protegerlas», concluyó el experto en ciberseguridad, subrayando que, en caso de fraude, la rapidez es «esencial».

   En situaciones de fraude, es crucial contactar al banco lo antes posible para bloquear cualquier transferencia. También es importante conservar todos los datos relacionados con la estafa, ya sean números, correos o capturas de pantalla, y denunciar el incidente a las autoridades competentes.

   Después de estos incidentes, es fundamental cambiar las contraseñas y revisar los movimientos financieros en busca de actividad inusual, como ha indicado la empresa de ciberseguridad. Sin embargo, también es esencial ir más allá del impacto económico y brindar apoyo emocional a la persona mayor afectada, recordándole que no es culpable, sino víctima de un engaño.

   «No se trata solo de proteger el dinero, sino de preservar la confianza y la tranquilidad de nuestros mayores. Ayudarles a navegar el mundo digital con seguridad es también una forma de cuidado», concluyó Albors.

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