Cuando comencé a utilizar un NAS, creía que era solo un disco duro conectado a la red. Sin embargo, con el tiempo comprendí que hay muchos aspectos relevantes que rara vez se mencionan, y que realmente influyen en la experiencia de uso. Hoy quiero compartir contigo algunas lecciones que aprendí a través de prueba y error… y algunos sustos en el camino.
Si estás considerando adquirir un NAS o ya tienes uno en tu hogar, este artículo puede ahorrarte muchos dolores de cabeza. Voy a hablarte de 6 aspectos que descubrí sobre los NAS y las redes que, sinceramente, hubiera querido conocer antes.
La conexión Gigabit puede decepcionarte rápidamente
Al principio, una red Gigabit Ethernet parece más que suficiente. Pero cuando comienzas a transferir archivos pesados, como vídeos en 4K o imágenes en RAW, te das cuenta de que esos 120MB/s de máxima velocidad no son tan impresionantes. Una conexión Gigabit Ethernet (1000 Mbps) tiene una velocidad teórica máxima de 125MB/s. Sin embargo, debido a las cabeceras de los protocolos de red (TCP/IP, SMB/CIFS y otros), la velocidad de transferencia real suele estar entre 100 y 115 MB/s. Esta limitación puede convertirse en un cuello de botella al trabajar con archivos grandes como vídeos 4K (25-100 GB por archivo) o fotos RAW (más de 50 MB por imagen), especialmente si varios usuarios o servicios acceden al NAS al mismo tiempo. Por ejemplo, una transferencia de un archivo de 50 GB a 110 MB/s tardaría aproximadamente 8 minutos, saturando la red durante ese tiempo.
Aunque tengas un NAS y un router con puertos Gigabit, el cuello de botella es inevitable si trabajas con datos pesados o múltiples dispositivos simultáneamente. Ahí es donde empieza a tentarte la idea de migrar a 2.5 GbE o incluso a 10 GbE. Y te adelanto que, si quieres aprovechar al máximo tu NAS, no hay muchas alternativas viables.
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Nuestra recomendación es optar por una conectividad 2.5G Multigigabit, no es excesivamente costosa, podrás seguir utilizando el mismo cableado, y experimentarás más del doble de velocidad, alcanzando hasta aproximadamente 290MB/s en lectura y escritura, siempre que tu NAS lo permita, claro está.
El router puede ser el mayor obstáculo en tu red
Frecuentemente pensamos que el problema radica en el cableado o en el NAS, pero el router puede ser el verdadero responsable. Si utilizas uno básico, no gestionará adecuadamente múltiples transferencias simultáneas o conexiones exigentes. Una solución que me funcionó antes de invertir en un router de gama alta fue implementar agregación de enlaces: conectar dos cables LAN del NAS al router. Esto duplica el ancho de banda disponible y prolonga la vida útil de tu red Gigabit.
Muchos modelos de ASUS de gama alta ofrecen Link Aggregation, lo que te permite combinar dos puertos físicos en un enlace lógico para conseguir el doble de velocidad. Aunque esta característica también está presente en switches gestionables, si tu router lo admite, mejor aún, para evitar comprar más dispositivos de red.
Ajustar el rendimiento puede convertirse en un desafío (en el buen sentido)
Comencé con un NAS básico y, sin darme cuenta, terminé inmerso en el mundo de las ampliaciones de RAM, la caché SSD y las configuraciones RAID avanzadas… Esta capacidad de optimización y la escalabilidad modular son ventajas clave de muchos sistemas NAS. La mayoría de los modelos de gama media y alta permiten mejoras incrementales de hardware, como la expansión de memoria RAM o la adición de unidades SSD para caché. Eso sí, si decides construir tu propio NAS desde cero, prepárate para caer en una vorágine de experimentación.
En RedesZone contamos con numerosos tutoriales para configurar un NAS desde cero, puedes ver un vídeo completo aquí:
Todos los conceptos de RAID, caché SSD y muchos más, podrás comprenderlos fácilmente en ese vídeo que te hemos indicado.
Un NAS es más que solo almacenamiento
El nombre puede resultar engañoso. Un NAS no es solo un «disco duro conectado», sino que puede operar como un servidor de aplicaciones, un sistema de cámaras de seguridad, un centro multimedia o incluso formar parte de tu hogar inteligente. En mi caso, lo utilizo para realizar copias de seguridad, montar servidores locales y almacenar todas mis películas y series, organizadas como si tuviera mi propio Netflix en casa.
Además, también puedes crear un completo sistema de domótica con Home Assistant virtualizado y mucho más.
Configurar el acceso remoto no es tan simple como parece
Cuando comencé, pensé que sería tan sencillo como instalar una aplicación y listo. Pero no es así. Configurar el acceso remoto a tu NAS implica abrir puertos, configurar VPNs o utilizar DNS dinámico si tu IP cambia.
Y cuidado, porque si abres un puerto incorrectamente o no configuras la seguridad apropiadamente, puedes dejar tu NAS expuesto a ataques de ransomware. Es fundamental establecer el acceso remoto siguiendo protocolos de seguridad adecuados y aplicando el principio de menor privilegio. La opción más segura es utilizar una VPN. Si no es absolutamente necesario, es preferible evitar la exposición directa del NAS a Internet para reducir riesgos. Lo ideal para acceder de forma remota es conectarte al servidor VPN de tu router o del NAS, y luego acceder de manera local, para así garantizar la máxima seguridad posible.
La nube y el NAS están destinados a trabajar en conjunto
Mucha gente piensa que tener un NAS significa que ya no necesita usar servicios en la nube. Nada más lejos de la realidad. Un sistema de copias de seguridad efectivo debe incluir también almacenamiento externo. Hoy en día, muchos NAS se sincronizan fácilmente con Google Drive, Amazon S3 o Dropbox. Así, tienes una copia local para acceso rápido y una copia en la nube para mayor tranquilidad si algo falla en casa.
Un NAS es una herramienta poderosa, pero también tiene su letra pequeña. Comprender sus limitaciones, sus fortalezas y cómo se integra en tu red doméstica es crucial para sacarle el máximo provecho.
Espero que este repaso te haya ayudado a ver los NAS desde otra perspectiva. Al final, un buen NAS bien configurado puede transformar por completo tu forma de trabajar y almacenar tus datos. Pero, como ocurre con todo en tecnología, la clave radica en conocer lo que tienes entre manos.
Preguntas frecuentes sobre las ventajas y desafíos del NAS doméstico
¿Qué limita realmente la velocidad en mi red doméstica con un NAS?
¿Puedo usar mi NAS como algo más que almacenamiento en red?
¿Es seguro acceder a mi NAS de forma remota?
¿Debo seguir usando servicios en la nube si tengo un NAS en casa?
¿Qué mejoras de hardware suelen aprovecharse en un NAS doméstico?