Suscríbete!

Permanece al día de todas las noticias importantes del sector tecnológico y de la ciberseguridad


Logo RedesZone

Transformé mi Raspberry Pi en un hub Zigbee para la automatización del hogar

Durante un tiempo, mis dispositivos inteligentes funcionaban de manera intermitente. Algunas bombillas no respondían, los sensores de movimiento fallaban y, en más de una ocasión, tuve que reiniciar todo el sistema. Hasta que encontré una solución definitiva: transformar mi Raspberry Pi en un concentrador Zigbee. Hoy compartiré contigo el proceso paso a paso y por qué, si utilizas domótica en casa, esto puede cambiar tu vida.

Zigbee se ha posicionado como uno de los protocolos más utilizados en domótica gracias a su bajo consumo energético y su habilidad para crear redes en malla. Sin embargo, para que funcione adecuadamente, se necesita un concentrador compatible. Por lo general, cada marca tiene su propio concentrador (como Philips o IKEA), lo que puede ser confuso y limitante. Por eso, decidí unificar todo con mi Raspberry Pi, utilizando una herramienta de código abierto conocida como Zigbee2MQTT.

Lo que necesitas para comenzar

Antes de empezar a montar el sistema, asegúrate de tener a mano algunos elementos básicos. Yo utilicé una Raspberry Pi 3B+, pero cualquier modelo reciente servirá. Lo esencial es:

  • Un adaptador Zigbee USB: Utilicé uno con chipset CC2652P, pero puedes consultar la lista oficial de Zigbee2MQTT para verificar la compatibilidad.
  • Una microSD o, mejor aún, un SSD por USB. La escritura constante puede reducir la vida útil de las tarjetas SD, así que es recomendable optar por un SSD si es posible.
  • Un bróker MQTT, que facilita la comunicación entre tus dispositivos. Si ya utilizas Home Assistant, puedes instalarlo como complemento sin necesidad de software adicional.
  • Zigbee2MQTT, que actúa como puente entre tu adaptador y el sistema de domótica.

Una vez que tengas todo esto, ya puedes comenzar.



Cómo monté el sistema paso a paso

El primer paso fue instalar Raspberry Pi OS mediante Raspberry Pi Imager. Desde allí, habilité el acceso SSH, configuré la conexión Wi-Fi y dejé todo listo para gestionar la Raspberry desde otro ordenador sin necesidad de pantalla ni teclado.

Luego, accedí por SSH y ejecuté todos los comandos necesarios para instalar Zigbee2MQTT. No es complicado, pero debe hacerse con atención:

  1. Instalé Node.js y las dependencias básicas.
  2. Cloné el repositorio oficial de Zigbee2MQTT.
  3. Instalé sus paquetes utilizando pnpm.
  4. Configuré el archivo configuration.yaml para conectarlo a mi servidor MQTT.
  5. Finalmente, conecté el adaptador Zigbee, inicié el servicio y activé el modo de emparejamiento.

Con todo esto hecho, solo tuve que añadir los dispositivos uno por uno. Emparejarlos fue tan sencillo como ponerlos en modo de conexión y observar cómo aparecían en la interfaz de Zigbee2MQTT. En menos de una hora, ya tenía en funcionamiento mis bombillas Hue, sensores de movimiento de IKEA y un enchufe inteligente que nunca había logrado integrar con Home Assistant.

¿Por qué prefiero esta solución a los concentradores comerciales?

Hay varias razones convincentes para optar por esta opción, más allá del simple entusiasmo por la tecnología:

  1. Puedo ubicar la Raspberry Pi donde desee. Antes, tenía el servidor de Home Assistant al lado del router, lo que no era óptimo para la señal Zigbee. Ahora, el concentrador está en una ubicación central en la casa y los dispositivos no se desconectan.
  2. Me evito instalar aplicaciones innecesarias. No necesito las aplicaciones de Philips Hue, IKEA o puentes intermedios. Todo se gestiona desde Home Assistant y Zigbee2MQTT.
  3. No dependo de la nube. La comunicación es local. Mis dispositivos siguen funcionando incluso si se interrumpe la conexión a internet.
  4. No tengo limitaciones de marca. Puedo añadir casi cualquier dispositivo Zigbee, independientemente del fabricante.
  5. Es económico y más confiable. Por menos de 50 €, tengo un sistema que compite con cualquier solución comercial mucho más cara.

¿Vale la pena hacerlo?

Si te gusta experimentar, deseas tener el control total de tu red Zigbee y buscas estabilidad, definitivamente vale la pena. No solo se trata de ahorrar dinero, sino de disfrutar de libertad. No depender de puentes propietarios ni de nubes ajenas. No tener que reiniciar tus bombillas constantemente porque «no responden».

Ahora, mi red domótica funciona como debería. Rápida, estable y completamente integrada. Y todo comenzó con una Raspberry Pi que tenía guardada en un cajón.